Cómo ser un buen profesor de Lengua y Literatura: los requisitos necesarios

El secreto de cómo ser un buen profesor de Lengua y Literatura radica en el talento como divulgador. Es decir: la claridad transmitiendo conocimiento a alumnos que carecen de la formación en profundidad. Pero también se requieren de otras habilidades para triunfar impartiendo la materia. ¡Te las contamos! 

Dotes comunicativas, pasión por la lectura y capacidad de divulgación sobre contenidos. Descubre lo que necesitas para convertirte en un buen profesor de Lengua y Literatura. 

Si tienes una titulación que te permita adentrarte en la enseñanza pública ¿a qué esperas? Superando las Oposiciones de Lengua y Literatura se te abrirán las puertas a una profesión vocacional, impartiendo una asignatura fascinante y además disfrutarás de unas condiciones envidiadas por muchos. ¡Prepárate con Flou! 

Las habilidades para dar clase de Lengua y Literatura

Es prácticamente universal la experiencia de haber recibido clases por parte de un profesor que transmitiera pasión por la materia. Tú podrías convertirte en uno de ellos. La actitud es lo que cuenta para poder afrontar las clases, la experiencia irá puliendo tus habilidades para despertar en el alumnado inquietud por la Lengua y Literatura.

Se trata de una materia que equilibra la creatividad, la lectura, el acceso a la cultura y a la vez lecciones de gramática, ortografía y conceptos abstractos que requieren de maestría para explicarlas con claridad.

Como profesional, debes de ser camaleónico y adaptar tu metodología a ambas caras de la asignatura y transmitir la pasión por la materia.  A continuación, te contamos algunas de las habilidades que deberás poseer para ser un buen profesor de Lengua y Literatura. ¡Vamos a ello!

Dominio de la divulgación

Solo alguien que conoce profundamente la materia es capaz de transmitirla claramente al alumnado. En Lengua y Literatura imperan conceptos complejos, abstractos, creativos y artísticos.  

Asegúrate de trabajar tus dotes divulgativas para lograr que el alumnado asimile la materia adecuadamente, la entienda y despierte su interés. 

Transmitir curiosidad 

Por supuesto que es imprescindible que el alumnado supere los objetivos de la programación y de cada unidad didáctica de Lengua y Literatura. Es decir: que realice lo necesario para aprobar la materia y, a poder ser, sacar el sobresaliente. 

Pero es la curiosidad la que mueve el aprendizaje. Ser capaz de despertar este sentimiento por la materia te convertirá en un buen profesor de Lengua y Literatura. 

Dotes de oratoria

Ligado al dominio de la divulgación, se encuentra esta habilidad: contar con dotes de oratoria. Es más eficaz un discurso diáfano, directo y conciso que no uno extremadamente elaborado. 

Por eso asegúrate de trabajarlo adecuadamente. Incluso puedes formarte apoyándote en el libro canónico para optimizar esta habilidad: La Retórica de Aristóteles. 

Sentir empatía 

El alumnado se compone de seres humanos con emociones, días buenos, días malos; Piensa en cómo afrontas tú la semana: no tienes la misma actitud un lunes a primera hora que un viernes a última. 

Así que tienes que desarrollar dotes empáticas con tu alumnado, intentar comprenderlos y adaptarte a las circunstancias. 

Capacidad organizativa 

Da igual la especialidad que impartas: para ser un buen docente es imprescindible contar bazo el brazo con una capacidad organizativa excelente. 

Esta se define, especialmente, por tener en cuenta no solo los contenidos y actividades del curso, también el margen de maniobra con todos los imprevistos que puedan surgir. ¿Te identificas con este perfil? De ser así, ¡bravo!

Facilidad de adaptación

Un aula funciona como un ecosistema y es importante la capacidad de adaptación para que opere lo mejor posible. Recuerda, cada grupo es único, cuenta con alumnos de diferente niveles, necesidades y personalidades que confluyen. Por eso, sin duda, ser flexible y fluir te permitirá sacar lo mejor de tus estudiantes.