¿Estás pensando en preparar oposiciones, pero todavía no has dado el paso definitivo? ¿Cuándo te pregunten a qué te dedicas, quieres responder “soy funcionario o soy funcionaria”? La verdad es que, para qué vamos a engañarte, estudiar una oposición es casi como tirarse de un trampolín muy alto. Por ello, si tienes dudas en lanzarte, te ayudaremos con buenas razones para que lo tuyo sea un rotundo “sí quiero”.
Un trabajo fijo y estable para toda la vida
Uno de los principales motivos, y el que más peso tiene, es que cuando consigues ser funcionario/a has alcanzado un trabajo para siempre, y eso en los tiempos que corren es algo que se valora mucho.
Para poder entender la importancia de lo que supone conseguir un puesto de trabajo fijo es conveniente analizar la tasa de desempleo de España en comparación con otros países.
España se sitúa con un 12,7% en este año a la cabeza de los países con más paro, únicamente se posiciona por debajo de países como Brasil con un 13,2 % o Sudáfrica con un 33,9 %.
Teniendo en cuenta que España presenta en estos momentos unos 47,33 millones de habitantes, en contraposición a los 60 millones de Sudáfrica y 217 millones de habitantes de Brasil, su porcentaje de desempleados, es decir, personas que se encuentran en edad de trabajar y no tienen empleo, es mucho superior.
Con estos datos en la mano, y ante un futuro laboral incierto, este es uno de los motivos que más peso toma a la hora de decantarse por la preparación de una oposición.
Significará que ya no tendrás que buscar nuevas ofertas de empleo, enfrentarte a constantes entrevistas en un mercado laboral cada vez más competitivo, ni tener que empezar de cero en una nueva empresa. Algo que quieras que no, se sufre de diferente manera en función de la edad que tengas, y que podrás evitarlo transformándote en funcionario.
Por otra parte, conviene aquí hacer un hincapié importante, porque no todos los tipos de funcionariado tienen la misma estabilidad del puesto que desempeñan. Por ejemplo, un funcionario de carrera obtiene un puesto fijo desde el momento en que supera correctamente un concurso oposición, mientras que un funcionario interino cubre diferentes vacantes, aunque siempre con la misma función, hasta obtener el puesto definitivo.
En todo caso, ambos empleados públicos disponen de los mismos sueldos base, las mismas pagas extra, y pueden optar a los mismos incentivos. Entonces, veamos cómo es que se estructura este segundo y suculento motivo para que te animes a ser un empleado público.
Un salario en 14 pagas y a tiempo
Si a la estabilidad laboral le sumas un sueldo fijo y permanente, entonces las ganas de opositar te irán en aumento. Como funcionario, además de recibir tus doce pagas mensuales habituales, tendrás dos extraordinarias, en junio y diciembre, que vaya si te vendrán bien en los tiempos que corren.
Algo a tener en cuenta es que no todos los funcionarios cobran lo mismo, ya que su salario base dependerá principalmente del grupo funcionarial al que pertenezcan. Para acceder a los distintos grupos se requieren de titulaciones académicas específicas y, por lo tanto, el salario variará en proporción a la dificultad de acceso y del puesto a desempeñar.
Así pues, según los últimos datos extraídos de los Presupuestos Generales, las remuneraciones más altas en España son para el Grupo A1, con 1238,68 euros brutos/mes y las más bajas para el Grupo E- Agrupaciones Profesionales, con 612,59 euros brutos/mes.
Si te parece poco salario debes saber que además recibirás algunos complementos, aparte de las pagas extraordinarias, que pueden ser por: destino, antigüedad, productividad o gratificaciones.
Cuando trabajas para una empresa privada, difícilmente obtendrás estos beneficios salariales, además de que sabrás exactamente cuándo recibirás todo tu salario sin sorpresas, sea cual sea la situación laboral o circunstancia económica del país.
Que decir tiene que esto contribuirá a tu tranquilidad mental y, por lo tanto, a una mejora de tu calidad futura de vida. ¿Aún no te has decidido? Pues espera a conocer cuál es el horario del funcionariado.
Olvídate de las 40 h semanales
Lo habitual en la empresa privada es trabajar como máximo unas 40 horas semanales, algo muy extendido y normalizado porque así lo recoge el Estatuto de los trabajadores en España; y cuyo límite diario no podrá superar las ocho horas de trabajo efectivo para una jornada completa.
Sin embargo, los funcionarios se quedan totalmente al margen de esto y no llegan a esos máximos de horas laborales, ¿sabes por qué? Porque su jornada máxima laboral es de 37 horas y media nada más y nada menos. Pues sí que cambia la cosa… ¿No crees? Y espera, que aún hay más.
Además, podrás escoger la distribución de la jornada, ¿Qué te cuesta madrugar, tienes que llevar los niños al cole o quieres dedicarte a ti? No hay ningún problema siendo funcionario, podrás elegir jornada de mañana, de tarde o partida.
Mención especial también tiene su tiempo de pausa durante la jornada laboral, unos escasos 30 minutitos, ¡podrías hasta echar una siesta si lo deseases!
Importante es que estos treinta minutos son disfrutados durante la jornada, así que si echamos cuentas nos sale que a la semana lo que es trabajar, trabajar, un empleado público trabaja más bien unas 35 horas semanales. En definitiva, unas cinco horas menos al día que cualquier empleado no funcionario.
Por si estos beneficios aún te siguen pareciendo pocos, también existe la jornada intensiva de verano con una duración de seis horas y media al día o la posibilidad de jornadas aún más reducidas, cobrando el 75% del salario.
El horario está claro que convence, mire por donde se mire, pero todavía hay más. Su periodo de vacaciones tiene fama de ser uno de los más largos, así que vamos a ver cuánto de cierto tiene esto.
Dulces y largas vacaciones
Como empleado público español, tendrás derecho a 22 días hábiles, sin incluir fines de semana, de vacaciones pagadas. Además, a medida que vayas adquiriendo años de antigüedad como funcionario, tendrás derecho a más días de vacaciones. Por ejemplo, si llevas quince años de servicio, tus vacaciones serán de 23 días hábiles e irán aumentando un día más cada cinco años sucesivamente. ¡Si es que es un no parar de días de ocio!
¿Y qué decir de los días de asuntos propios? Dispondrás de seis días de permiso para tus temas personales y lo bueno es que no tendrás que recuperarlos. Al igual que con las vacaciones, estos días se incrementarán en un día adicional por cada trienio que como funcionario cumplas, pero contado a partir del octavo año de trabajo.
Adelantar tu trabajo, asumir labores atrasadas a tu vuelta de vacaciones o atender llamadas urgentes en periodo de descanso, son la dinámica generalizada en algunos puestos de responsabilidad en la empresa privada.
Pero tranquilo, porque a ti esto como funcionario no te ocurrirá, ya que podrás disfrutar de tu tiempo libre según tus necesidades personales, estando plenamente tranquilo, puesto que, al volver tu trabajo, este seguirá siendo el mismo.
Posibilidad de ascenso dentro de la promoción interna
En caso de que desees ascender como funcionario, podrás optar a los puestos que se convocan dentro de tu promoción interna y conseguir aumentar en la escala del Grupo o Subgrupo profesional en el que te encuentres. Eso significa que podrás desempeñar un nuevo puesto, en caso de que te hayas cansado de tu trabajo anterior o quieras crecer profesionalmente y salarialmente.
¿Y qué ocurre si no tienes tiempo para prepararte para ese nuevo puesto al que quieres ascender? Lo mejor es que siendo empleado público tendrás derecho a un tiempo para la formación que podrás destinar a la realización de cursos dirigidos a la capacitación profesional o la mejora de la profesionalidad para adaptarte a nuevas exigencias del puesto del trabajo.
Además, podrás solicitar un permiso especial como máximo de cuarenta horas al año, para que pueda ser retribuido, mientras te ausentas de tu trabajo para la formación. ¡Más fácil imposible!
Movilidad geográfica y excedencias
Cuando se convocan las oposiciones debes saber que se ofertan plazas en variadas ciudades, por lo que podrás escoger la provincia en la que querrás trabajar a la hora de presentarte el examen.
Algo bastante importante, si ya estás asentando en un lugar determinado o deseas mantener una buena conciliación familiar. No te olvides que, en caso de no conseguir la plaza al lado de casa existen complementos salariales por desplazamiento deducibles en el IRPF, que hará que tu salario base no se vea afectado.
También existe la posibilidad de que, por el motivo que sea, quieras pedir una excedencia, es decir, una cesión temporal del contrato de trabajo y que podrás hacer sin problema, pudiendo reincorporarte más adelante sin perder tu puesto ni plaza.
Derechos laborales asegurados y mayor libertad
Otro de los apartados que resulta obvio tras leer todas las ventajas anteriores, es que cuando eres funcionario con plaza fija, es decir, funcionario de carrera; tus derechos laborales están plenamente asegurados.
Así pues, todo es cuantificable, por ejemplo, ante una promoción interna profesional habrá igualdad de méritos y capacidad en el acceso.
La objetividad, profesionalidad e imparcialidad en el desempeño de funciones están garantizadas en la condición de funcionario.
Mayores facilidades para préstamos o seguros de vida
Algunas entidades bancarias ofrecen condiciones ventajosas a un empleado público con respecto a otros clientes. Esto es debido, principalmente, a la estabilidad profesional de la que goza, que va de la mano de una mayor solvencia económica. Los bancos te rifarán como cliente, porque te verán como un cliente rentable 100%, así que te ofrecerán intereses más reducidos, o préstamos personales con mejores condiciones y de mayores cantidades. ¡Vaya, que te verán como un chollo! Con estas facilidades, podrás empezar a pensar en comprarte una casa de forma rentable o lo que desees y empezar a construir tu plan de vida.
¿Qué más necesitas para convencerte?
Hasta aquí, hemos conocido razones más que suficientes, y de gran peso, que incitan a opositar y que hacen que merezca la pena todo el esfuerzo que conlleva convertirse en opositor. Nadie te dice que vaya a ser un camino fácil, tendrás que estar preparado mentalmente y sobre todo dispuesto a darlo todo.
Al final, te esperará un camino lleno de rosas sin espinas que harán de ti un funcionario público feliz con un empleo para toda la vida. Desde Flou queremos ayudarte a conseguirlo, tanto con la elección acertada de tu oposición, como la llegada a la meta. Consulta toda nuestra oferta en oposiciones y empieza a pensar en que puedes labrarte un futuro laboral de confianza. ¡Te esperamos!