Como en el resto de Europa, las cárceles españolas se han transformado a lo largo de las últimas décadas, pasando a tener la función de “reeducación y reinserción social de los sentenciados a penas y medidas penales privativas de libertad”, como indica la Constitución de 1978.
Así, también se tienen en cuenta las necesidades específicas que tiene la población reclusa femenina. De esta manera, existen tareas y puestos deben ocupar las mujeres funcionarias de prisiones, por delante de sus compañeros varones.
Hoy vamos a entrar en esta cuestión y a explicarte cómo está la situación, tanto en el conjunto del Estado como en los centros del sistema penitenciario catalán.
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La situación de las cárceles españolas
Durante los últimos 12 años, la población reclusa en las prisiones catalanas y de toda España ha ido disminuyendo progresivamente hasta llegar a situarse por debajo de la media europea.
Como ha informado recientemente el ministro de Interior, Grande-Marlaska, las cárceles dependientes de su Ministerio albergaron durante el año 2021 a 46.053 presos. Estamos ante la cifra más reducida que se ha registrado en nuestro país durante los últimos 20 años, teniendo que trasladarnos a 2002 para encontrar datos similares.
Según el Consejo de Europa, la tasa de ocupación de las prisiones españolas se sitúa en 73,4 internos por cada 100 plazas. Es decir, es una de las más bajas entre los países de nuestro entorno.
Así, los centros penitenciarios dirigidos por el Ministerio de Interior tienen hoy un 38% menos de reclusos que hace 12 años y se han logrado situarse 9 puntos por debajo de la media a nivel europeo.
La situación en Catalunya
Desde el año 1983, la Comunidad Autónoma de Catalunya ejecuta la gestión de sus prisiones de manera independiente al del resto de España debido a la transferencia de esta competencia.
Los 14 centros penitenciarios localizados en Catalunya son gestionados por el Departament de Justícia, siendo el organismo que recopila los datos de población reclusa.
Según los datos ofrecidos por el Departament de Justícia y el Instituto de Estadística de Catalunya, en el año 2021 los centros penitenciarios de la Comunidad Autónoma albergaron a un total de 6.269 personas. De esta cantidad, 5.832 eran hombres y 437 mujeres; representando estas últimas tan solo el 7% de la población total.
Si hablamos de presos preventivos, la relación es de 1.355 hombres en frente de las tan solo 72 mujeres que están sometidas a esta medida cautelar de carácter excepcional.
La importancia de las funcionarias de prisiones
Para poder dar un servicio adecuado a estas presas, localizadas en su mayoría en la prisión de mujeres de Barcelona, es importante contar con la presencia de funcionarias de prisiones.
Está demostrado que la población reclusa femenina reacciona más favorablemente ante una mujer funcionaria que ante un hombre funcionario. El aumento de confianza también será significativo, porque entenderán que sus problemas y razones pueden ser comprendidas de una mejor manera.
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Funcionarias de prisiones: otras profesionales que pueden trabajar en un centro penitenciario
Pero no solo las vigilantes y funcionarias de Instituciones Penitenciarias son las únicas profesionales que pueden trabajar en una prisión. Cuando la población reclusa es mayoritaria o únicamente femenina, los organismos competentes hacen un esfuerzo para que la mayoría de personas que trabajan en ese centro sean mujeres.
A continuación detallamos las funciones que pueden ostentar algunas de las especialidades que tienen un papel en cualquier prisión, ya sea de Catalunya o del resto de España.
- Trabajadora social: acompaña y atiende a la persona recluida durante el ingreso y en posibles visitas. También atiende a cualquier problema que pueda tener la presa o su familia como consecuencia de su ingreso en prisión.
- Psicóloga: estar sometida a un régimen de privación de libertad puede tener unas consecuencias psicológicas que es necesario atender. De lo contrario, esta situación podría suponer un problema de seguridad tanto para la propia afectada como para el resto de sus compañeras reclusas y las funcionarias de prisiones. Por ello, es necesario contar con una o varias psicólogas que atiendan esta realidad.
- Educadora: una parte importante de la población que se encuentra recluida viene de entornos familiares y sociales complicados en los que la educación no juega un papel importante, ni mucho menos. Con el objetivo de cumplir el mandato de reeducar y reinsertar a las presas, las educadoras cubren esta imprescindible función.
- Criminóloga: con relación a hacer un seguimiento del caso de las personas presas o de investigar su posible relación con otros casos, las criminólogas también tienen un papel importante en las prisiones.
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