Dicen en la película La librería que, entre libros, nadie puede sentirse solo. Pero eso no es todo lo que puede ofrecerte la literatura. En medio de papel y tinta puedes encontrar también un trabajo estable. Si decides preparar unas oposiciones de Auxiliar de Biblioteca, puedes asegurarte una nómina cada mes en unas buenas condiciones. En este artículo, te orientamos para que sepas por dónde empezar a formarte. ¡Vamos!
¿Sabes cómo preparar oposiciones de Auxiliar de Biblioteca?
Para preparar las oposiciones de Auxiliar de Biblioteca, tendrás que interiorizar un temario sobre archivística, funcionamiento bibliotecario y legislación propia de esta disciplina. Aunque todos los procesos selectivos exigen una serie de disposiciones por tu parte (como la perseverancia), la Biblioteconomía tiene unas características concretas que también hay que contemplar.
Puede parecer que preparar oposiciones de bibliotecas se basa únicamente en el estudio. Está claro que es una parte importante, pero existen una serie de trucos que todo opositor querría haber conocido antes de iniciar su andadura. A continuación, te damos algunas recomendaciones para que te ahorres el método del ensayo-error. ¡Empieza con el pie derecho!

Aplica el método Konmari: ¡ponle orden!
Uno de los errores más comunes que se comenten es empezar a estudiar sin un orden establecido. ¿Pero importa, si pretendes revisarlo todo? Pues sí. Esto es así porque muchos de los bloques que componen un temario se relacionan entre ellos, haciendo referencias a conceptos o leyes que aparecen explicados en otros módulos. Te resultará mucho más fácil preparar tus oposiciones de Auxiliar de Biblioteca si empiezas el estudio de forma ordenada, de manera que, cuando te enfrentes a un nuevo concepto, ya hayas leído sobre él los días anteriores.
La planificación lo es todo
¿Tengo que estudiar todos los días? ¿Cuál debe ser mi horario? Se trata de cuestiones muy personales, y es probable que nadie mejor que tú sepa responderlas.
Para ello, te recomendamos que reflexiones sobre el momento del día en el que eres más productivo. Hay quien funciona mejor a primera hora de la mañana, y el que “no es persona” hasta mediodía. En función de ello, créate una planificación con entre cuatro y ocho horas de estudio al día y deja uno para el descanso.
¡Pasa de resúmenes!
Parece un consejo suicida, pero, cuando se habla de definiciones o de legislación (los dos pilares de estos procesos selectivos), “traducir” el temario a tu idioma no es lo más provechoso. En los exámenes tipo test, muchas veces te harán preguntas literales. Esa palabra para la que has buscado un sinónimo puede ser la diferencia entre el suspenso y el aprobado.
Busca exámenes (y hazlos)
Cuando se realiza el examen de un proceso selectivo, se suele hacer público el documento de la prueba. Una vez que hayas entrado en calor con el temario, empieza a practicar los test. Incluso aunque haya preguntas que no sepas, te ayudará a conocer el tipo de preguntas que se hacen y el modo en el que se plantean.